Hola, amig@s invisibles de este blogcito. En medio de este ritmo de vida tan ajetreado que llevamos hoy, a veces es necesario detenerse un momento a mirar un paisaje, a escuchar una música tranquila o a mirar o pintar mandalas. Estas últimas nos dan una gran paz interior, restauran nuestra armonía interior, refuerzan el sistema inmunólogico y tienen otra multitud de beneficios, a tal grado, que Carl Rogers las utilizaba. Yo hoy, quiero regalarles esta mandala.
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Hola amiga: Está hermosa esa Mandala. Parece una flor abriéndose a la vida. La felicito.
ResponderEliminarGracias Anónimo, si, a mí también me parece hermosa.
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